HEBREOS 7:1-28
JOSE
Jose Lopez HEBREOS 7:1-28 ESTUDIO DEL MARTES 9/21/10 . . hebreos 7
Hebreos 7 (Reina-Valera 1960)
Hebreos 7
El sacerdocio de Melquisedec Este capítulo nos introduce a la segunda sección principal de Hebreos (véase el bosquejo). En ella el propósito del escritor es mostrar que el sacerdocio de Cristo es mejor que el de Aarón (cuyos sucesores ministraban en ese tiempo en la tierra, 8.4), porque su sacerdocio es de un orden superior (cap. 7). Es ministrado bajo un pacto superior (cap.
, en un santuario superior (cap. 9), debido a un sacrificio superior (cap. 10).

La figura clave en el capítulo 7 es ese misterioso rey sacerdote, Melquisedec, quien aparece dos veces en todo el AT (Gn 14.17–20; Sal 110.4). El escritor presenta tres argumentos significativos para demostrar la superioridad de Melquisedec sobre Aarón.
1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, Primero, el escritor identifica a Melquisedec como un tipo de Cristo (vv. 3, 15). Era a la vez rey y sacerdote, y también lo es Jesús. Ningún sacerdote de la línea de Aarón se sentó jamás en un trono. Es más, los sacerdotes aarónicos nunca se sentaban (hablando espiritualmente), porque su trabajo nunca se acababa. No había sillas ni en el tabernáculo ni en el templo. Véase Hebreos 10.11–14. Todavía más, Melquisedec fue rey de Salem, que significa «paz»; y Jesús es nuestro Rey de Paz, nuestro Príncipe de Paz. El nombre «Melquisedec» significa «rey de justicia», nombre que ciertamente se aplica a Cristo, el Rey Justo de Dios. Así, en su nombre y en sus oficios, Melquisedec es una hermosa semejanza de Cristo.
2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; Abraham, dio sus diezmos a Melquisedec aun sin haber nacido todavía. Y cuando Melquisedec bendijo a Abraham, bendijo igualmente a la casa de Leví; y sin duda «el menor es bendecido por el mayor» (v. 7). En la tierra, en el templo judío, los sacerdotes recibían los diezmos; pero en Génesis 14 los sacerdotes (en los lomos de Abraham) dieron los diezmos a Melquisedec. Este acontecimiento muestra con claridad la inferioridad del sacerdocio aarónico.
3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Pero Melquisedec también se asemeja a Cristo en su origen. La Biblia no contiene ningún registro de su nacimiento o muerte. Por supuesto, esto no significa que Melquisedec no tuvo padres o que nunca murió. Simplemente significa que el registro del AT guarda silencio respecto a estos asuntos. De este modo Melquisedec, como Cristo, «no tiene principio de días, ni fin de vida»: Su sacerdocio es eterno. Este no dependía de sucesores terrenales, mientras que los sacerdotes aarónicos tenían que defender su oficio mediante los registros familiares (véase Neh 7.64). 64 Estos buscaron su registro de genealogías, y no se halló; y fueron excluidos del sacerdocio, Todos los sumos sacerdotes que descendieron de Aarón murieron, pero Cristo, como Melquisedec, mantiene su sacerdocio para siempre (vv. 8, 16, 24, 25).
4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. Gn 14:20 20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.
5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley,(B) es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. Num 18:21-26 21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. 22Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran. 23Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel. 24Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad. 25 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 26Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos.
6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Gn 14:19 19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; Rom 14:13 13Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Gal 3;16 16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Hay dos aplicaciones distintas de la palabra «bendición / bendecir». Dios bendice a Su pueblo, y
el pueblo bendice a su Dios, usándose constantemente la misma palabra para ambos actos. Por
ello es evidente que debe usarse en más de dos sentidos. Por una parte leemos que «el menor es
bendecido por el mayor» (He. 7:7), y aunque este pasaje se refiere a Melquisedec bendiciendo a
Abraham, lo mismo es cierto con respecto a Dios y Sus criaturas: al conceder favores, es
solamente Dios que puede bendecir. El cristiano puede decir: Dios «nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (Ef. 1:3), pero en este mismo versículo
acabado de citar se halla «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo», lo cualsignifica «gracias sean dadas al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo».
8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. El pago de diezmos continuaba en tiempo de Cristo (Lc. 11:42; 18:12; He. 7:5), pero no fue
prescrito a los cristianos ni por Cristo ni por los apóstoles.
Bajo la economía de la gracia se espera de todo creyente que aporte con corazón bien dispuesto
«como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador
alegre» (2 Co. 9:7). El creyente es exhortado a dar no por una norma impuesta, sino
presentándole el ejemplo de gracia del mismo Señor Jesucristo, «que por amor a vosotros se hizo
pobre, siendo rico» (2 Co. 8:9).
No es el diezmo del cristiano lo que corresponde al Señor, sino todo su ser, puesto que ha sido
comprado «por precio» (1 Co. 6:20; 7:23), y debe así venir a ser eficaz administrador de todo lo que el Señor ha puesto en sus manos para la gloria de Dios. He 6:20 20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; Después de identificar a Cristo con el orden de Melquisedec, el escritor ahora explica que Melquisedec es superior a Aarón, porque Aarón, en los lomos de Abraham, dio sus diezmos a Melquisedec aun sin haber nacido todavía. Y cuando Melquisedec bendijo a Abraham, bendijo igualmente a la casa de Leví; y sin duda «el menor es bendecido por el mayor»
10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. Génesis 14 los sacerdotes (en los lomos de Abraham) dieron los diezmos a Melquisedec. Este acontecimiento muestra con claridad la inferioridad del sacerdocio aarónico.
11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? Después de establecer claramente los fundamentos históricos de la superioridad de Melquisedec sobre Aarón, el escritor muestra que Melquisedec es también superior desde un punto de vista doctrinal. Aquí usa una cita del Salmo 110.44 Juró Jehová, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec. como base para el argumento y presenta tres hechos:
12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; Cuando Dios le dijo a Cristo en el Salmo 110.4: «Tu eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec», en realidad ponían a un lado al sacerdocio levítico fundando en Aarón. Es imposible que dos sacerdocios divinos operen lado a lado. El hecho de que Dios estableciera un nuevo orden demuestra que el viejo orden de Aarón era débil e ineficaz; también significa que la ley bajo la cual estaba Aarón iba igualmente a ser echada a un lado: «Pues nada perfeccionó la ley» (v. 19). 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. Por consiguiente, el sacerdocio no perfeccionó nada (v. 11) y los sacrificios que estos hombres ofrecieron tampoco perfeccionaron nada (10.1). Por supuesto, la palabra hebrea para perfecto significa «tener una posición perfecta delante de Dios» y no tiene nada que ver con ausencia de pecado. Aarón fue hecho sacerdote por un mandamiento carnal, pero las funciones del sacerdocio de Cristo es «según el poder de una vida indestructible» (v. 16) porque, a diferencia de Aarón, Cristo nunca morirá.
13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. La respuesta a este verciculo la en contramos en el siguiente V,14
14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. Isa 11:1 1Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni arg:uirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y arg:uirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.
15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,
16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible.
17 Pues se da testimonio de él:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.(C) m Sal 110:4 Heb 6:20 20donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.(C) m Sal 110:4 Heb 6:20 20donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia Rom 8:3,4 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Gal 4:8-9 8 Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; 9mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Heb 7:11-14 11Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.
19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. Hech 13:39 39y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree. Rom 3:20,21,28 20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. 21Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
20 Y esto no fue hecho sin juramento; Aun cuando Dios, en las elaboradas ceremonias que se describen en Éxodo 28–30, reconocía a Aarón y sus sucesores, no tenemos ningún registro de juramento divino alguno que sellara ese sacerdocio. A decir verdad, Dios no hubiera sellado con juramento su orden porque sabía que su obra un día concluiría. Pero cuando ordenó a Cristo para ser sacerdote lo confirmó con un juramento inmutable.
21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo:
Juró el Señor, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.(D) m y esto lo miramos en el sal 110:4 Heb 5:6-10 6Como también dice en otro lugar:
Juró el Señor, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.(D) m y esto lo miramos en el sal 110:4 Heb 5:6-10 6Como también dice en otro lugar:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.
7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Heb 8:6-8 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.8 Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; La ley era santa y buena, pero estaba limitada por las fragilidades de la carne. Aarón murió; y sus hijos y descendientes también murieron. El sacerdocio era tan bueno como el hombre, y el hombre no duraba para siempre. ¡Pero Cristo vive y no morirá jamás! Tiene un sacerdocio inmutable porque vive por el poder de una vida interminable. «Continúa para siempre»
24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; de manera que intercede por el pueblo de Dios y salva (al pueblo de Dios) «perpetuamente». Con frecuencia aplicamos el versículo 25 al perdido, pero su principal aplicación es al salvo, aquellos por quienes Cristo intercede cada día. Sí, Él salva «perpetuamente» y cualquier pecador puede ser perdonado. Pero el punto aquí es que a quienes Él ha salvado están salvos para siempre, ¡por la eternidad?
25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Rom 8:3434¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 1 Tim 2:5 5Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 7Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad
26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; «Porque tal sumo sacerdote nos convenía» (v. 26), o sea, era apropiado para nosotros, se ajustaba a nuestras necesidades. Ningún descendiente de Aarón podría encajar en la descripción de Cristo dada en estos versículos. Estos hombres no fueron «santo, inocente, sin mancha». Aarón hizo un becerro de oro y guió a Israel a la idolatría. Y los hijos de Elí fueron culpables de glotonería e inmoralidad (1 S 2.12-17ss). 12Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. 13Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes, 14y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo. 15Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda. 16Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza. 17Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová. Pero tenemos un sumo Sacerdote perfecto: Él es más santo que ningún otro sacerdote en la tierra, porque ministra en el tabernáculo del cielo en la misma presencia de Dios.
27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo;(E) porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Aarón y sus hijos tenían que ofrecer sacrificios diarios, por sí mismos primero y luego por el pueblo. Cristo es sin pecado; no necesita sacrificios. Y el solo sacrificio que ofreció resolvió eternamente el problema del pecado. Todavía más, se ofreció a sí mismo en sacrificio y no la sangre de toros ni de machos cabríos.
28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre. Es fácil ver, entonces, que el orden de Melquisedec es superior al de Aarón. La historia ha demostrado este punto porque Abraham honró a Melquisedec por sobre Leví; se ha demostrado doctrinalmente porque la afirmación del Salmo 110.4 así lo define: Dios creó un nuevo orden de sacerdocio en la ley; y se ha demostrado en forma práctica, porque ningún hombre jamás podría calificar para ser sumo Sacerdote, sino sólo Jesucristo. No hay necesidad de buscar más allá de Cristo: Él es todo lo que necesitamos.