1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, El versículo 1 es un «resumen» de los argumentos anteriores. «Tenemos tal sumo sacerdote» (según se ha descrito en 7.26–28), un sumo Sacerdote que ya ha demostrado ser superior a Aarón. Cristo, nuestro sumo Sacerdote, se ha sentado, puesto que su obra de redención está terminada. Ningún sacerdote de la línea de Aarón se sentó jamás. Tampoco ningún sacerdote levítico se sentó jamás en un trono. Cristo es nuestro Rey-Sacerdote en el cielo; y como es un mejor sumo Sacerdote, es mediador de un mejor pacto. Es cierto que no ministraría un viejo pacto desde el cielo; un nuevo sumo Sacerdote exige un nuevo y mejor pacto. todo cristiano concluye que hay en vigencia un pacto, que el Dios del cielo concerto con los hombres. Aque surge la pregunta Que es un pacto? Pacto es una alianza o convenio entre dos partes, en este caso el creador y el hombre. El pueblo se compromete a guardar las leyes del Eterno, y el creador promete ser el Dios de ellos. Leamos dos pasajes biblicos referentes al Antiguo Pacto, que Dios del cielo concerto con su pueblo, Exodo capitulo 19: 5 - 8 dice: 5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y que paso no escucharon la voz y despresiaron ser el especial tesoro y asi andamos muchos disiendo que escuchamos su voz pero nuestros frutos demuestran lo contrario a su palabra y todo trae consecuensias Ex 19:8 8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.
2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. Puesto que Jesús vino de la tribu de Judá, no de Leví, no habría sido considerado para servir como sacerdote. Hallamos a Cristo en los atrios del templo mientras estaba en la tierra, pero nunca en el Lugar Santo o en el Lugar Santísimo. Pero esto sólo prueba la superioridad del nuevo pacto: se ministra desde el cielo y no desde la tierra. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, ... sino por medio de su
propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez y para siempre, ...
3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
El escritor de Hebreos añade otro argumento: el original; el tabernáculo terrenal (y el templo) no eran sino copias del celestial. Moisés copió el tabernáculo del modelo que Dios le reveló en el monte Éx 25.9, Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis. Ex 25:40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte Los judíos reverenciaban su templo, su mobiliario y sus ceremonias; sin embargo, estas cosas eran simplemente sombras de la realidad en el cielo.
4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; Retroceder al antiguo pacto quería decir olvidarse de las realidades del cielo por las imitaciones terrenales. Cuánto mayor es tener un sumo Sacerdote ministrando en un santuario celestial. En el estudios anterior 7 miramos la superioridad de Jesus y en este estudio nos muestra que sigue siendo superior a cualquier sacerdocio,
5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo He 9:23-28 23Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.Col 2:
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Este pasaje contiene el argumento clave de este capítulo: las promesas del nuevo pacto son mucho mejores que las del antiguo pacto. Por consiguiente, el sacerdocio de Cristo, que se basa en mejores promesas, debe ser un mejor sacerdocio en sí mismo y lo es. Primero, leamos He 7:2222 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. Jer 31.31–34 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.2 Cor 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su man3:66 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto,(B) no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. En los versículos 8 – 13 Dios afirma seis veces que hará algo. ¡Esto es gracia! El antiguo pacto era un yugo de esclavitud, exigiendo obediencia perfecta. Pero el nuevo pacto hace énfasis en lo que Dios hará por su pueblo, no en lo que ellos deben hacer por Él. Nótese que Dios no halló falta en el antiguo pacto, sino en la gente. La ley es espiritual, pero el ser humano es carnal, «vendido al pecado», dice Rom 7.14; 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Rom 8:13 porque si vives conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. deja en claro que la ley «era débil por la carne». En otras palabras, el fracaso de Israel no se podía achacar a debilidad alguna en el antiguo pacto, sino a la debilidad de la naturaleza humana. Es aquí, entonces, que la gracia interviene; lo que la ley no podía hacer debido a la debilidad del hombre, Dios lo logró mediante la cruz.
8 Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 31He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecadoJer 31:31
9 No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. El versiculo 9 nos reafirma lo que leimos en Jer 31:32 ellos invalidaron su pacto , y aqui V-9 nos dise no permanesieron en mi pacto y por esta causa el se desatendio de ellos,
10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo; Leamos en Jeremías 31.3131He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. la promesa del nuevo pacto y nótese que involucra un cambio interno, del corazón. Leamos en 2 Cor 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.) para tener una luz adicional sobre este maravilloso tema. El antiguo pacto lo escribió el dedo de Dios en tablas de piedra, pero el nuevo pacto lo escribe el Espíritu en el corazón humano. Una ley externa nunca puede cambiar a una persona; debe llegar a ser parte de la vida interna para que pueda cambiar la conducta. Miremos Deut 6.6–9. 6Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Esto es lo que significa Romanos 8.4: 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu Esto lo logra, por supuesto, el Espíritu Santo, quien nos capacita para obedecer la Palabra de Dios.
11 Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos. El día vendrá cuando no habrá necesidad del testimonio personal, porque todos conocerán al Señor. El cumplimiento final de esta promesa, por supuesto, espera el establecimiento del reino. «Todos me conocerán» (v. 11) es un paralelo a la promesa del Antiguo Testamento que se repite: «La tierra será llena del conocimiento de Jehová» (Is 11.9), 9No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. tanto para judíos como gentiles.
12 Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Leamos Hebreos 10 y se verá que, bajo el antiguo pacto, había memoria de los pecados, pero no su remisión. La sangre de toros y machos cabríos podía cubrir los pecados, pero sólo la sangre del Cordero de Dios es la que «quita el pecado del mundo» (Jn 1.29). 29El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. ¡Qué maravillosa promesa da el nuevo pacto al pecador cargado: Sus pecados serán perdonados y olvidados para siempre.
13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer. El mismo hecho de que Dios lo llama un «nuevo pacto» quiere decir que el viejo pacto es obsoleto y desaparecerá. Alrededor del tiempo en que se escribió la carta a los Hebreos las legiones romanas se preparaban para invadir Palestina, lo cual ocurrió en el año 70 d.C. La frase «está próximo a desaparecer» indica que después de un breve tiempo, el templo iba a quedar destruido y las actividades sacerdotales suspendidas. Pero el nuevo pacto, como el sacerdocio de Cristo, duraría para siempre.
¿Cuándo empezó a surtir efecto este nuevo pacto? Luc 22.20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. y 1 Cor 11.23–26 23Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. dejan en claro que el nuevo pacto se estableció por el derramamiento de la sangre de Cristo en la cruz. De acuerdo a Heb 12.24 24a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. Cristo es ahora el Mediador del nuevo pacto.
Pero Jeremías 31.31ss afirma que Dios prometió este nuevo pacto a los judíos. ¿Qué derecho tenemos de aplicarlo a la Iglesia? La respuesta está en el carácter dispensacional del libro de Hechos. Recordemos que Hechos 1–7 1En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. es la oferta de Dios del reino a los judíos. Cuando el Espíritu Santo vino a los creyentes en Pentecostés, el nuevo pacto estaba vigente. Si la nación se hubiera arrepentido y recibido a Cristo como el Mesías, todas las bendiciones y promesas del nuevo pacto hubieran seguido. Pero Israel rechazó el mensaje y resistió al Espíritu, y así la nación fue echada a un lado. Es en este punto que Dios trajo a los gentiles al nuevo pacto y formó la Iglesia a partir de los creyentes judíos y gentiles. Así ahora participamos del nuevo pacto en el cuerpo de Cristo; pero la nación de Israel algún día disfrutará de las mismas bendiciones cuando «mirarán al que traspasaron» y se establezca el reino (Zac 12.10). 10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.